Playa de la Concha
Es obligado empezar por la playa de la Concha, considerada como una de las mejores playas del mundo. Se extiende a lo largo de un kilómetro y medio de arena fina y blanca, bordeada desde 1912 por su inconfundible barandilla.
Fue el lugar donde la realeza tomaba sus baños y aún se conserva la Caseta Real junto al famoso Balneario de la Perla inaugurado en 1912 y que hoy en día alberga diferentes actividades.
Está dotada de todo tipo de servicios durante el verano.
Playa de Ondarreta
Se encuentra separada de la playa de La Concha por las rocas denominadas Pico del Loro, al pie del Palacio Miramar. Es más pequeña que la playa de La Concha pero con igual calidad de arena. Fue durante muchos años la playa de la aristocracia y los diplomáticos que se alojaban en las villas justo enfrente de la misma.
Tiene un magnífico ambiente familiar y también está dotada de todos los servicios en verano.
Como broche muy a tener en cuenta es que está rematada por la escultura “El peine del Viento” de Eduardo Chillida.
Playa de La Zurriola
Está situada en el barrio de Gros frente al Palacio de Congresos Kursaal. Sus magníficas olas han creado un gran ambiente surfero y no es extraño ver a decenas de surfistas intentando coger la mejor ola.
Su gran amplitud permite que miles personas puedan disfrutar de ella en verano. Cuenta como el resto de las playas donostiarras de todos los servicios durante el verano.
Playa de la Isla de Santa Clara
Es obligado mencionar esta pequeña playa que se encuentra en la isla de Santa Clara. Se accede a través de embarcaciones particulares, o a través de las motoras, que saliendo del puerto, hacen este recorrido.
Atentos a las mareas, ya que la pleamar puede dejar la playa en su mínima expresión.