El paseo nuevo

El paseo nuevo

Pocos lugares habrá que con un siglo de vida y sin apenas cambios, sigan gozando del apelativo “nuevo” con tanta justicia.

El paseo ha tenido muchos nombres: del Castillo, del Monte Urgull, del Príncipe de Asturias, de la República, de José Antonio Primo de Rivera… pero ninguno ha permanecido para los donostiarras, solo el invariable Paseo Nuevo, desde su nacimiento en 1916.

Mucho antes de que se construyera ya era un anhelo de la ciudad, pero la pertenencia del monte Urgull y su castillo al “ramo de Guerra” lo hacían inviable.

El paseo nuevo

En 1910 en el ayuntamiento se formó la “Junta de Fomento” para canalizar el dinero que a modo de tasa pagaba el Casino a la ciudad. Una parte se destinaba a la Beneficencia, pero la mayor, el 60%, se dedicaba a “obras públicas para mejora y ornato de la población”. El paseo de la Concha con su voladizo y barandilla, o el monumento al Centenario de Alderdi Eder se habían realizado mediante contribuciones de dicha Junta y ahora había fondos para acometer las obras del nuevo paseo que prometía ser espectacular.

Comenzaron las obras en abril de 1915 y en poco más de un año, habían construido 450 m inaugurando el primer tramo, el 10 de julio de 1916, siendo su coste 260.000 pts. El siguiente año realizarían 400 m más, llegando hasta la explanada de la ermita, pero subiendo su coste a 346.000 pts. Los últimos 320 m del paseo hasta las escaleras de bajada al muelle fueron los más complicados, disparándose el gasto a 532.000 pts. La guerra mundial había provocado importantes alzas de precios en materiales y sueldos, triplicándose al final el coste del metro lineal respecto al primer tramo. El 24 de julio de 1919 se inauguraría el paseo completo, ya que como queda dicho, nunca se construiría el viaducto sobre el muelle. El tramo del paseo de los Curas que enlaza con el Aquarium no se realizó hasta 1922.

El paseo nuevo

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